Por Ganluca Troglio, periodista y productor de 221 Radio
Cayó la noche y el mundo gimnasista se apagó un poco. A los 93 años, falleció Hector Atlilio Delmar. Cacho, para los más cercanos. Y claro que el dolor es grande porque una parte de la Institución, ahora, estará alentando desde otro lado.
Sastre por herencia y conocedor de cada rincón del mundo gracias a la moda. Empresario con muchas presencias mundialistas, relaciones de peso pero con una sola locura: Gimnasia. En realidad, dos cosas le sacaban el sueño: el Lobo y la unidad. Algo que hoy parece utópico pero que Delmar intentó dejar marcado a fuego. Y lo logró.
Cinco veces presidente de Gimnasia, una vida abocada a lo social y a la lucha de valores que cada vez quedan más lejanos. Un referente que peleó por el patrimonio: el Bosque, Estancia Chica y las juveniles. Alguien que con poco, pero también con sus formas, se acercó a la tranquilidad de un club ordenado.
"Esto es para todos los gimnasistas de todas las épocas, vivos y muertos y a todos los que han trabajado por la historia grande del club", explota Cacho luego de conseguir la Copa Centenario en 1993. Quizás la frase que lo describe de pies a cabeza. Emoción por lograr el objetivo pero con conceptos claros de que a los clubes, se los transforma todos juntos.
Hoy las redes se tiñeron de azul y blanco y se colmaron de recuerdos de una persona auntentica. Hoy también quedan de lados los logros deportivos y de gestión. Sera momento de rememorar a un pilar fundamental de los momentos más feciles de Gimnasia y que siempre estará en el corazón.
El tripero se apagó un poco pero se prendió una estrella un poco más arriba