
Transcurrían los últimos días del año 2008, El Grupo de Artistas Autodidactas Muñequeros
Drako (
GAAM Drako) sacaba a la calle 77 entre 13 y 14 su vigésimo séptimo momo de fin de año, una obra de arte en la que habían trabajado todo el año, se trataba del momo “Judas la traición”, una estructura que representaba uno de los últimos momentos vividos por el icono católico, junto a sus doce apóstoles.
Tras instalar el inflamable momo sobre la histórica calle 77, un grupo de vecinos se autoconvocó para intentar que la gente no presenciara la quema del muñeco, “Nos hicieron una marcha en la esquina con panfletos y bombos, teníamos religiosos todos los días acá. Algunos nos decían que éramos herejes, que les faltábamos el respeto a la religión, pero también muchos nos apoyaban, nos comentaban que nunca habían visto una representación tan real y cuidada, hemos visto monjas que lloraban de la emoción” le comento a este medio Víctor Sochanowicz, uno de los creadores de la controvertida obra de arte.
Iniciado el conflicto, desde
Gaam Drako decidieron apostar a la democracia, hicieron una votación en el barrio y juntaron firmas, las estadísticas les jugaban a favor, el 90% de la gente estaba a favor de la quema, pero un 10% no. Decidieron entonces quemar el mítico momo pero sacando la imagen de Jesús. El momo iba a ser expuesto en el barrio, para luego ser donado a la institución que lo pida.
Hoy, varios años después de aquel suceso,
Víctor Sochanowicz comenta: “Nos trataron de herejes, de antirreligiosos y demás, pero una de las personas que más se movió en contra del momo luego fue presa por venta de droga y tenencia de armas, entonces ¿qué es peor, quemar a Jesús en una obra de arte, o quemar a Jesús todos los días de tu vida?”.
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