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— Me permite su carnet y el documento, señor — le dijo el joven fiscal de mesa

03-10-2020   Por: 221RADIO | 103.1

Por Cmilo Baletto, periodista de 221 Radio A sus 92 años, Cacho Delmar buscó en su saco con un movimiento lento, mientras acomodaba el bastón para que no se le cayera al piso. Sacó lo que le pidió el joven y se lo dio diciendo alguna palabra amable en un tono bajo de voz. Tomó el sobre que le acercaron y avanzó ayudándose con el bastón y casi arrastrando la suela de sus zapatos brillosos por el suelo del Salón Héroes de Malvinas, en la Sede de Gimnasia. Le corrieron una cortina y entró al cuarto oscuro. Estuvo un minuto y salió. Otra vez con ese andar lento arrastrando los zapatos, y con una sonrisa en el rostro. Esa imagen se repetía cada tres años, pero con la salvedad de que no era el mismo Delmar, este era mucho más delgado que el del 2016; lo que no había cambiado era el reconocimiento. Los socios lo aplaudían, mientras él posaba para la foto cuando mandaba el sobre a la urna. Quedará registrado en las elecciones de 2019, como la última vez que ‘Cacho’ votó. Después dio unas palabras a 221 Radio. — Lo mío fue muy sencillo: manejar el club como corresponde; con honestidad, transparencia, esfuerzo, cariño y amor. Todo por Gimnasia — sentenció, en lo que es toda una declaración de principios de Hector Atilio Delmar. Fue presidente de la institución Mens Sana elegido por los socios en cinco oportunidades. La primera le llegó en 1983. El Lobo estaba en la B y sin rumbo a nivel futbolístico ni institucional. A tal punto que fueron meses movidos en la antesala de su elección, donde pasaron varios presidentes tras el descenso de 1979. Norberto Sánchez fue el sucesor de Venturino en el periodo del ‘80 al ‘83; y, tras la salida de Sánchez, hubo tres presidentes interinos durante 1983 que antecedieron a Delmar: Alejandro Breccia, Mario Milazzo y Hugo Barros Schelotto. El nombre de “Cacho” surgió en ese entonces como el bastión de una unidad política, para levantar a Gimnasia de uno de los momentos más críticos de su historia. Delmar supo rodearse bien y construir bajo su figura grupos de dirigentes, jóvenes y experimentados, que lo acompañaron en el periodo de reconstrucción institucional desde el 83 al 89, en lo que fueron sus dos primeros mandatos como Presidente ‘Mens Sana’. Allí se destacó, a nivel deportivo, el ascenso en 1984 cuando el equipo albiazul derrotó en la final del octogonal a Racing y volvió a Primera División, tras deambular cinco años en la segunda categoría. A nivel institucional, quedará en el recuerdo y en los libros de historia del Club, la fiesta del Centenario en 1987, donde bajo su gestión logró que el entonces presidente de la FIFA, Joao Havelange, se hiciera presente en el Pasaje Dardo Rocha en la celebración de los primeros 100 años de la Institución Decana. Por una cuestión de estatuto no pudo ser el presidente entre el ‘89 y el ‘92, periodo donde Gimnasia estuvo al mando Roberto Vicente. Pero su ausencia no fue por mucho tiempo, volvió a estar con dos mandatos dirigiendo el rumbo institucional entre el ‘92 y el ‘98. Este proceso será recordado como el de los años dorados de Gimnasia a nivel fútbol en las últimas décadas, donde obtuvo el Torneo Centenario 1993, cuya final se jugó en enero del ‘94 ante River y ‘Cacho’ recibió la Copa de las manos de Julio Humberto Grondona. Meses más tarde, tras la salida de Roberto Perfumo, la comisión directiva decidió “por unanimidad”, según los registros de la época, ir en busca de Carlos Timoteo Griguol; que fue el estandarte de esos años, causando una revolución futbolística que llevó al Lobo a los primeros planos del fútbol nacional. Tuvo la chance de ser Presidente de 2010 a 2012, en lo que fue su último mandato. Se buscó generar algo similar a su primera vez: una unidad a nivel institucional para sacar al club de un periodo malo en cuanto a lo futbolístico, que finalmente terminó derivando en el descenso y en dos temporadas en la B Nacional hasta lo que fue el ascenso de 2013. Hecho este resúmen, vale destacar por una parte el rol de ‘Cacho’ Delmar como un Presidente que supo rodearse de gente idónea para cada una de las áreas marcando un camino claro de gestión, consiguiendo los logros deportivos e institucionales planteados. Ya en los últimos años se lo veía presente en cada elección y cada asamblea. También, cuando su salud se lo permitía, estaba en los partidos del Lobo como local. Nunca perdió ese espíritu Gimnasista, aquel que vio René Favaloro en el ‘83 y llevó al Doctor a acompañarlo como Presidente del Jurado de Honor; aquel del abrazo que quedó inmortalizado en el ascenso del ‘84. “Por suerte sigo teniendo el cariño de la gente de Gimnasia y eso es muy importante para mí, que tengo 92 años”, cerró en esa nota que mencionaba al inicio. A sus 93, cumplidos en agosto de 2020, se fue una persona muy reconocida por los socios, hinchas, jugadores, dirigentes y periodistas, tanto por su trabajo como por su forma de ser.