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Un Año

19-03-2021   Por: 221RADIO | 103.1

Por Marianela Tosetti, directora de 221 Radio

Era jueves 19 de aquel inolvidable marzo del 2020. Yo estaba en una habitación privada de IPENSA cuidando a Gladys. Le conté que se venía el encierro. Pusimos la tele y esperamos. Sabíamos lo que diría. Pensábamos que el confinamiento sería desde el viernes 20, día que abría el fin de semana largo. Pero no, la frase cambió los planes. La cuarentena comenzaría ese mismo jueves a las 0. Mientras el Presidente hablaba, trabajaba frase a frase. Terminada la tarea, vino pensar en la vida que empezaríamos a vivir en unas horas. 

Lo primero que hice fue escribir en el grupo de la familia . Eso fue lo primero que hice. Después a mis compañeras y compañeros de la radio. Busqué cuidarlos y sugerí guardarnos unos días y poner música. En ambos espacios, busqué respuestas y decidir qué hacer.

 La familia lo tomó con calma, nos tranquilizamos entre todos y pensamos primero en los abuelos. No salgan, esa fue la frase, nosotros nos ocupamos de todo. En la radio, antes que mi idea prosperara, ya se había armado el grupo Pandemia y los horarios de a dos, las guardias para redes, las bolsas para los micrófonos y los vídeos para empezar a hacer sonar esa frase que nos acompañaría por meses : "Quédate en casa".

 Empezaba el ASPO, el aislamiento social preventivo y obligatorio. No creo que pueda olvidar lo que pasó cuando salí a las horas. Ya no había bondis, apenas un par de taxis y el silencio empezaba a apoderarse de las calles. Vendría un tiempo largo de encierro. Vendría el zoom, las vídeo llamadas, el barbijo, la soledad. Llegaría la salida solo al súper o la farmacia, las calles desiertas, las persianas bajas y el tele trabajo. Vendría una vida de las que vimos en las películas

 No sé si volveremos a escribir sobre esto. Hoy cuando estás líneas están por aparecer en 221 Escribe, el Presidente habla en cadena nacional y además de recordar que ya pasó un año de todo aquello, admite que no llegan las  vacunas, que la pandemia no terminó y deja abierta la puerta a un nuevo estado de desconcierto. A un año del ASPO, no tengo claro si esto pasará pronto. Me aferro a la esperanza de la vacuna y al deseo de remontar la crisis por mis hijos que están saliendo a la vida. Escribir es un escape, una salida, una forma de perpetuar los sentimientos y las sensaciones.

A un año del ASPO, sé que tengo menos dudas sobre lo que quiero, que afiance los lazos que eran verdaderos y que pude seguir por el amor y el empuje de los que siempre están para darte una mano en tremenda crisis económica, los que  llamaron y llaman sólo para saber cómo estás, los que te cocinan y mandan algo rico para que te sientas querido, los que dan sin esperar nada, los que aún cuando no era posible, pasaron por la puerta para tirarte un beso a la distancia, los que te acompañan en el laburo sin abandonar el compromiso y valoran lo duro que es seguir juntos y adelante. No hay tiempos absolutamente malos.

Gracias a quienes me dieron una mano para vivir de los buenos. Por el abrazo de verdad , por las juntadas sin número de invitados, por bailar y hacer fiestas en casa, por las salidas, por los viajes, por gritar los goles en la cancha. Por todo eso que, de tan sencillo, pasó a ser lo más lindo e importante de la vida.